sábado, 2 de febrero de 2019

Tú hablarás y yo escucharé. (Y uno).

Una amiga ida, al doblar una esquina por casualidad, me dijo: "Tenemos una relación abierta, y siempre nos encontramos al doblar una esquina y a mí eso... No sé si me entiendes... Tenemos que hablar". No, torpe de entendederas no te entiendo, y con el tiempo dejé de intentar entenderte, mi cabeza no está para tantas exigencias, sin embargo, lo dicho es imperante: por más rencores no dejaré de quererte. ¿Recuerdas? ¿Y hablar de qué? Tu tiempo agotó mi paciencia, ahora dedico mis horas a entender a Ian que es menos complicado. No obstante, si con alguien quieres hablar, habla con Dios, solo Él comprende y une y crea circunstancias capaces de alcanzar metas por sí solas. Yo a tanto no llego. Mañana será domingo, vete a misa y cuéntale todas tus penas. Oportunidades tuviste y haciendo gala de tu autosuficiencia las dejaste pasar de soslayo. Gracias.

No hay comentarios:

Publicar un comentario