¿Qué les dije ayer? Si mal no recuerdo que mañana (por hoy) si llegábamos, sería febrero, el mes más corto del año. ¿Sí o no? Pues eso, sí, es febrero y estoy aquí intentando salir de la tentación de escribir sobre Rajoy y el señor ése cuyo nombre no me viene a la cabeza que quiere ser lo que no será. Como yo con Shakira. Con la diferencia que yo quiero que Shakira sea feliz con Piqué y él solo quiere ser feliz él y ser más guapo que nadie, incluso que Piqué, y ya es decir. Ése señor y Rajoy, en los medios no se habla ni se escribe de otra cosa. Qué tostón. "Volverán las oscuras golondrinas en tu balcón sus nidos a colgar, y otra vez con el ala a sus cristales jugando llamarán. Pero aquellas que el vuelo refrenaban tu hermosura y mi dicha a contemplar, aquellas que aprendieron nuestros nombres... ¡esas... no volverán!". (Gustavo Adolfo Bécquer). ¿Recuerdan? Pues sí: "De asuntos faltan enmudeció la lira". Y dale a la rueda.
Lamento comunicarles que mi intención para hoy era escribir un día feliz y no triste porque viene Kristel a comer y no existe un acontecimiento mayor. También quería, aunque fuera de soslayo, comentar que febrero es el mes del amor. El mes que el gordito Cupido inventó las flechas del amor ¿o fue Karina? No importa, son como los de arriba, tal para cual. Disculpen, me apeo por hoy, voy a llorar a Les Seniaes antes de que llegue Kristel, no quiero que su risa y su alegría me tengan que salvar. (¿De qué sirve ser viejo si no me valgo por mí mismo? Un día escribiré que soy mayor y dejaré de dar consejos. Ojalá y llegue pronto ese día). Hoy, para salir de la rutina, solo estaré para Kristel. Gracias.
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