jueves, 22 de febrero de 2018

De las flores, la más bella: Flor de María.

Hoy, jueves, desahuciado del amor y la santa poesía, hablo de lo importante que eres para mí: Flor de María.

Escribo que una amiga me envió un "emilio" de disposición al ánimo ante la incertidumbre. A esa amiga, a esa musa, a esa dama con poesía que es más le debo una explicación. Y digo: por olvidar extasiarme en tu ternura; por dejar de aparcar mi mirada en tus escritos; por dormirme en las buenas madrugadas de tus desveladas noches; por mandarte al olvido por un quehacer inaplazable, hoy, vencido por el quehacer, digo que siento haberme portado como un burro.

Porque no quiero que me olvides ni olvidarte; porque me duele el alma tanto o más que me asusta que no vuelvas. Y porque quiero que me quieras. Y ahora, por lograr tu perdón, recurro al convincente argumento del amor para decirte que te quiero y que amo tu recuerdo. Digo que amo tu recuerdo, no por estar ahí, en la pantalla de mi ordenador que me ordena en el silencio cuando más te necesito, ni por imaginar tus cansados pasos para alcanzar la hamaca y leer Don Quijote de la Mancha bajo tu poncho deshilachado, ni cuando la vista se niega a leer y escuchas a mi pariente y a un tal Enrique. Digo que amo tu recuerdo porque de una manera u otra "Solo pienso en ti", que canta mi pariente y no Enrique, sea quien sea. Y amo tu recuerdo, no por las horas que pasamos leyéndonos, ni por las hazañas que me narras de tu vecino el asesino, ni cuando le rezas a tu virgencita por ti y por mí, ni cuando insistes en morir por amor aunque ya no se lleve, ni mucho menos por el Puto Parkinson. Y sigo amando tu recuerdo, no por el pasado lustroso donde no hace tanto tiempo, y por casualidad, nos encontramos por el atajo de Les Seniaes, y nos conocimos, y me enseñaste a sembrar amistad y plantar afectos. Digo que amo tu recuerdo, no por tu tierra temblorosa, el color negro azabache de tus ojos, ni tus caminatas de andar por casa. Digo que amo tu recuerdo, no por la distancia que separan nuestros pueblos, ni por las banderas de nuestras naciones, ni por el penúltimo desengaño de amor casi olvidado, ni tan siquiera porque sí. Digo que amo tu recuerdo, simplemente, porque bajo el mismo cielo sellamos el nuevo día de buenas madrugadas con un compromiso de amor. Flor de María, qué es la vida sin un sueño, sin un presente, sin un futuro. Sin un amor allende el mar. Qué sería de mí sin ti, la amiga del alma que jamás creí tener. Te quiero. Gracias.

2 comentarios: