Hay gentes que dicen tal vez, hoy no estoy y mañana... Hay gentes que directamente dicen no. Viene la aclaratoria al caso porque hay quien se ha acostumbrado a la falta de claridad, a dejar que las cosas pendan del azahar. Son esos asuntos inaplazables o las pocas ganas. A quien inseguro no sabe y no contesta o vaya usted a saber, le digo que se moje porque si no se moja no cruza el río. A quien cree que no puede probablemente llegó, y si llegó punto en boca.
Yo, salgo poco de casa, pero si salgo, con Ian y Enol que son un cielo de bebés, con Patricia no que es el pesimismo en estado puro. Quien se deja acompañar por el pesimismo acaba en la más profunda depresión. Las cosas claras: a mí esperar por el porvenir que no llega como la ansiedad me mata. Dudo de todo pero soy optimista. Todo aquel, y si digo aquel digo aquella, que dice no sin valorar los posibles sí, se aleja de la realidad y acabará sí o sí viviendo en un universo paralelo. Basta con querer. Con poco se hace mucho. Eso sí, hay que creer que es posible. Por viejo sé que todo es posible y es mi deber contarlo. Mujer, si se dieran las circunstancias y tú me dices ven, no niego la posibilidad de volver. En casa el cocinero soy yo, y si me pongo a los fogones del típico mesón, mi talento gastronómico, cuanto menos, recibiría una Estrella Michelin. Los más viejos saben de qué hablo y no se ríen. (Quien tuvo retuvo). Gracias.
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