martes, 5 de diciembre de 2017

Realidad estéril.

Es posible que la dama que no me deja ir haya muerto. Un pájaro de mal agüero me llamó por teléfono para retrasar hasta el jueves la cita sin dar explicaciones. Mal me huele este asunto. La dama que no me deja ir es, o era, un fluir continuo con la palabra. Ella me hubiera dado todo tipo de explicaciones: es, o era, una dama muy abierta. El pájaro de mal agüero que me llamó era mujer. (¿Qué importa si hombre o mujer? Disculpen, es la ansiedad que me genera cambiar de psiquiatra. Si la dama que no me deja ir murió es un drama, pero qué le vamos a hacer, acaba de nacer Enol y lo que siempre digo: si alguien nace alguien muere. Me cae, o me caía bien. Y en décadas de relación ninguno de los dos pasó por debajo de la raya pintada en el suelo: ella quería saber y yo nunca supe qué decir. Ahora vuelta a empezar: Dale y dale a la rueda que rueda. Al menos que sea puntual. Que no me haga esperar. Me mata esperar.

-Buenos días. Me llamo "fulanitadetalital" y a partir de ahora seré tu psiquiatra.
-Vale.
-He leído tu historial y... ¿Cómo te encuentras?
-¿Perdón?
-¿Te encuentras bien o mal?
-¡Ah!.
-¿Te sienta bien la medicación? ¿Tienes algo que decirme, alguna pregunta. Parece que eres de pocas palabras?
-Ya.
-Te mantendré la medicación. De acuerdo, te vuelvo a ver... a ver, veamos... En verano. ¿Qué te parece?
-Vale.
-Pues hasta el verano, no obstante, si te encuentras mal ven enseguida y hablamos.

Cuando voy al psiquiatra lo llevo todo hablado. Pero es más joven, eso que gano si me tira los tejos. En fin, cualquier relación es arriesgada, lo bueno que a mí no me despierta ninguna inquietud. Como a ella, supongo. O no, quizá sea de esas que luego de saber van largando por ahí. Aunque yo no soy de otras que le preocupa el qué dirán. No soy de ninguno. El jueves será el día de la cita. El martes, hoy, es el día de la ansiedad. Mañana Dios dirá. Amén. Gracias.

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