viernes, 12 de diciembre de 2025

... y al segundo día resucitó.

Ahora quién le cuenta a sus deudos que Emilio le jodió el récord a Jesús el Cristo... y al segundo día resucitó. Dicen que lo vieron preguntar al alcalde, autoridad municipal, por quién habían doblado el miércoles las campanas, y el alcalde, de verbo sosegado y formas suaves, aunque devoto de la política más rastrera, dijo que acababa de llegar y que iba a lo suyo, que lo mío y lo del resto de la vecindad le importaba un carajo... en la festividad los amigos, en la enemistad la muerte. Y el Emilio más irónico sonrió, quien lo conoce, sabe que no pregunta sin saber la respuesta. No piensa enojar a nadie, al menos hasta que nadie baje del árbol. De quién le jodió el récord a Jesús el Cristo se hablará mucho por los chigres. Emilio no se dejaba ver demasiado, dedicaba sus horas a su impagable soledad. Era hijo de un sueño y sí, era y es un hombre conveniente, y a pesar de su innegable capacidad para la autodestrucción, no tuvo intención de morir, o si la tuvo fue porque sabía que iba a resucitar. Emilio vuelve a escribir el día en de soslayo como un quijote sin mancha. Irrealidad virtual. Fantasmagórico y real. Santa Poesía. (A esta muerte que lo libró de la hipocresía y la memez de algunos, y lo devolvió a la vida por amor). Gracias.

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