El problema de la Navidad no es mi suegra. Ay, mi suegra... (perdón si pensé en voz alta y me oyeron). No, no es mi suegra, el problema de la Navidad es tanta cruz en el calendario. Necesitados de abrazos, vuelve a casa por Navidad (o no vuelvas, a veces uno no sabe lo que gana hasta que lo pierde). Entonces ordeno los días por orden cronológico: mañana mi cumple. En breve el de mi esposa. En tiempos de manicomio y muerte de tontería tiene poco llegar a mayor. Sigo: con el cumple de mi esposa, precisamente, la noche de ese día: "Hoy es Noche Buena y mañana Navidad". Dale y pum, pum a la zambomba machaconamente, pum, pum... (y pum). Y vuelta con la Noche Vieja y el Año Nuevo, todo repensado y envuelto en papel de fino regalo. Ah, y comer y beber y las doce uvas que no falten. Y pronto llegan los Reyes Magos desde Oriente en busca del Portal de Belén cargados los camellos de regalos para todos y todas con los mejores deseos. ¡Viva la Navidad!. Cómo gusta la escena y el escenario. (No quiero ser irrespetuoso con la tradición festiva, simplemente me asquea la Navidad). Gracias.
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