Un maltratador herido y sin ganas de vivir ha muerto, la muerte lo sabía, y en el primer descuido lo hizo suyo. Corren malos tiempos para la vida y el amor, para la Violencia de Género, pero no para que un maltratador se muera en este frío invierno. Ningún hombre más prescindible en este mundo que un maltratador. El papel que la mujer juega en la sociedad es esencial. Necesitamos su coraje, su voz de aliento, su amor, su generosidad y su grandeza. La familia sin el calor de una mujer no es familia ni nada de nada: nada. La mujer que suma, la mujer que ama, la mujer que huele a rosas. La mujer es Santa Poesía.
Mujer, si eres feliz, y en un descuido la vida te impone impedimentos de maltrato y tu corazón pena, y sientes que tu alma se rompe en mil pedazos, no calles ni sufras en tus adentros, denúncialo, no permitas que el cielo se trasforme en rojo sangre. Nadie pide la luna, tampoco es capricho, se trata de sentirte libre para lograr la felicidad: la libertad es un derecho. Una cosa es tener necesidades básicas y otra diferente es vivir el espanto de la intimidad del hogar con la incertidumbre de una mujer maltratada porque es tarde y el monstruo no llegó y cuando llegue, porque siempre llega, como ayer y todos los días, bebido llegue asesino con la mente desordenada. Para ser feliz hay que ser libre y creérselo: es un derecho. Se las quiere. Gracias.
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