jueves, 15 de abril de 2021

No sé ustedes...

No sé ustedes, pero lo de no saber nada me lleva a pensar que no me puedo morir. (Ojalá no me lea el ministro Escrivá). Lo que creí saber no lo sabía, o era mentira. Ejemplo: De siempre creí que el único camino de la inmortalidad era la fe. Y que si quería me querían. Si me llamaban guapo lo era. Que con mi cara de buena gente no dejaría de hacer amigos: "tú siempre haciendo amigos", me lo dijo una amiga ida que nunca se fue. (Lo sé por tu fotografía... tampoco yo he dejado de quererte). Desde ayer, por el asunto de las pensiones, descubrí que no sé nada, y hoy que perdí las ganas de escribir... ¡Qué ganas de escribir!. Cómo fue que perdí la ganas de escribir... ¿Si dejo de escribir qué hago? Esa la pregunta, esa la tragedia. Y solo hay dos respuestas: meterme a monja de clausura o dedicarme a la política con esta cara de buena gente que Dios me dio.

No sé ustedes, pero yo estoy que me vomito de la pandemia y que no me vacunen. De irresponsables y de elecciones en la Comunidad de Madrid. (Sé que nunca supe, pero quiero que me dejes vivir en paz. Y la gratitud de quien me amó). Gracias.

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