miércoles, 5 de julio de 2017

Por simpatía.

Hoy Ian no vino, aún bebé ya tiene un mundo propio. Vive historias fantásticas con sus dibujos televisivos preferidos y no vino porque no hay bebé. Como yo en mi telenovela favorita espera a los anuncios para mear. A veces se mea. Yo no, pero casi. Vive una vida de ficción que ya me gustaría. Los bebés y los viejos nos parecemos, entre nosotros los extremos se llegan a juntar. Pero como Rajoy se juntan y se van para no volver. Qué vida más complicada y qué prometedor comentario estoy dilapidando, claramente no está el horno para bollos. Soy aquello que ven mis ojos, lo que fui apenas recuerdo, y seré lo que tenga que ser: complicada mi existencia. Y a pesar de no ser diferente un día de otro, el porvenir no lo sueño como un futuro mejor, vivo o malvivo el presente. Y creo que vale para todos. Nada sucede como se quiere, nos estamos acostumbrando a vivir de esta manera, no creamos nuevas oportunidades, ni quebrantamos las reglas: nos dejamos llevar. Perdemos el interés por las cosas, la curiosidad, las ganas de reír. Y sin embargo, dizque que en un país situado en la misma ruta del sol la economía va bien, la educación, la salud, el empleo, la riqueza familiar y se llega a fin de mes con la nevera llena. Y si esto fuera poco, como el Sabina, "cuando duermo sin ti, contigo sueño". ¿Qué país? Obras son amores y no buenas razones. Los amores los llevaba yo, y los seguiría llevando de no ser un burro cargado de letras, las razones Rajoy. Creo que pasaría con nota el examen de presidente Rajoy. He llegado a ese punto en el que he dejado de hablar de otros para hablar de mí como ejemplo de lo que nunca debiera haber sido. ¿Alguien sabe cómo se vuelve al bendito amor y la santa poesía sin haberse ido? (Que entre un mar hasta la cocina). Verbigracia: Mi alma se deshace y deshace lo que toca. Por simpatía. Gracias.

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