martes, 20 de diciembre de 2016

Cara de suela.

Última Hora: "La Justicia francesa ha declarado culpable a la directora del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde, en el proceso que la juzgaba por negligencia con desvío de dinero público en el caso Tapie. El fallo podría empañar la imagen de una de las mujeres más poderosas del mundo". El Mundo.

Al cierre de la tontería de hoy, viene de perlas la negligencia de Christine al arrebato de Cristina.

Infanta Cristina: "Qué ganas tengo de que acabe esto para no volver a pisar este país". El Mundo.

Ocurre, la infanta Cristina vive bajo el influjo de una mala racha y está que vomita a este país: su país, el país donde presuntamente cometió descuidos con Hacienda cuanto menos. Una mujer, esposa y madre, confiaba en su marido y su marido la estafó. Vendió su confianza por un porciento que aún no trascendió a los medios de comunicación. Solo firmó donde le dijo su marido y nada más. Una mujer enamorada firma lo que firma y luego pasa lo que pasa. Ocurre, sigue ocurriendo, hay mujeres con responsabilidad de empresa que firman y no saben (ni les importa) lo que hay que saber para firmar lo que firman (ni les preocupa aprender). Documentos oficiales, poderes notariales, incluso nóminas de trabajadores por debajo de la legalidad vigente. Hay más de una mujer Infanta Christine en este país que firma lo que firma y no le importa si atenta contra los derechos fundamentales ligados a la dignidad de las personas. 

Es Navidad y tenemos tendencia a abrigar nostalgias. Por eso y para evitar que se asienten en nosotros sentimientos negativos: vehemencia, furia, arrebatos de pasión, deseos de venganza, recomiendo el arrepentimiento activo como circunstancia atenuante. "Las personas que hayan cometido pecados de omisión en el ejercicio de su deber se verán obligadas a pedir perdón por los agravios al deshacedor de agravios". Salvo buena fe probada. Gracias... (de nada).

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