miércoles, 16 de abril de 2025

Ayer con Ian...

Ayer Ian vino a dormir conmigo y sigue siendo un cielo bebé. Y regresó la alegría, y la esperanza, incluso la fe regresó. Me derriban los años y siento más perder a mis nietos que a mí. Yo ya viví (uy, que no se entere la dama que no me deja ir que pronto se tira al monte. Qué mujer, no entiende una indirecta: se cree todo lo que le cuento. Aunque no sé yo, tal vez haga bien en creérselo). Del libro que le leí para dormir me sorprendió un proverbio, a saber qué hacía en un libro infantil, o yo en el libro: "si un gato sueña con convertirse en león, necesita perder el apetito por las ratas". Cuando llegué al proverbio Ian ya dormía. Sí, me dio qué pensar. Intentaré explicarme: si usted dice que desea algo de todo corazón, pero no lo enfoca lo está desenfocado con sus instintos, con gran parte de sus recursos y con sus fuerzas. Tiene que ir todo usted... O está o no está, y si no está adiós que te vi. Hay decisiones que requieren una sola persona y una palabra, un enfoque absoluto y la certeza total o nada sucederá, y como viene al caso: "Nada ocurre por casualidad". Todo comienza con un deseo, pero puede morir con el propio deseo. Los sueños, los acuerdos, las decisiones no se dejan al alcance de un ratón que lo podría roer. Su afán es irrelevante cuando su intención es determinante, por tanto, respeten a las personas y vayan en busca de la paz. Gracias.

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