Importan las amigas con las que nos hemos encontrado y llegamos a algo, en el buen sentido. Y los amigos lo mismo, pero no diría en el buen sentido. Amigas y amigos y viceversas. Quien me llegó a conocer, porque ahora vivo la santidad, sabe que no miento. Y digo que me tuvo que conocer a fondo para saber quién soy. Muerto Eugenio, lamento que unas y otros y viceversas no pasaran de conocidos. Pagaría por haber tenido un amigo que en el tiempo hubiera mantenido una agradable conversación, o dos, para no cansar. Aclaro, para no llamar a engaño, que no soy persona de motivar alegrías, ni cultivarlas -ni decir siempre la verdad, dicho sea de paso-, llamémosles conocidos, eso, y si tenían mal perder porque no sabían ganar, ay. Para mí que soy lector empedernido y escritor, sin ser Matt Monro, a mi manera, estar completamente seguro de que me acompañarán mis poetisas, también mis escritores, es saber, sin ningún género de dudas, que el resto de mi vida no estaré solo. Para un lector, pero ha de ser un buen lector y estar más p’allá que p’acá, con mancha o sin mancha, será don Quijote. Otro, a poco que un descuido lo enrede, se convierte en Sherlock Holmes. Si se está enamorado hasta las trancas, poeta. Y como hablo de Arte Comunicativo, quien lee de soslayo y mueve las caderas como Shakira, mi canción preferida. Gracias.
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