martes, 28 de noviembre de 2017

De vuelta al pueblo de Patricia.

Unos días en el hospital y de vuelta al pueblo de Patricia todo está manga por hombro. (Mujer, así no se hacen las cosas). Si acabo el año, por María, la Magdalena, que no vuelvo a luchar por ninguna causa perdida. Ya me explico:

A la entrada del pueblo de Patricia se está reformando un jardín y antes de irme al hospital (Patricia bien, gracias, y Enol otro cielo de bebé. Se me amontonan los quereres) estaba la obra patas arriba, quiero decir que era un montón de piedras (sin proyecto de ejecución a pie de obra) pero ahora el jardín, parque, terraza o matadero cogió forma con tres salidas: dos lateras y una central. Las laterales desembocan a una calle por un paso de peatones, pero la central ay, la central es otra historia: tiene salida a la carretera de entrada al pueblo y tres calles adyacentes que van a parar al que se conoce como entronque más peligroso del pueblo. ¿A quién se le ocurrió? Los viejos caminamos lento y los niños no ven el peligro acercarse. Y por si fuera poco el despropósito la salida está situada en una curva, con lo cual, para mirar si viene un coche tienes que salir al medio de la carretera. (-Sí, claro, pero esa salida viene de siempre. -Y la cabra que tiraban desde el campanario de la iglesia y ahora no también viene de siempre). Gracias.

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