De paseo con Ian por Les Seniaes (Patricia no está
para paseos. Otro milagro de la creación espera el día señalado) le pregunto si le gusta los naranjos a punto de recoger su fruto (la recolecta de la naranja apenas dura una semana y su belleza es comparable a la floración del
azahar) y él a lo suyo, a tirar piedras a la acequia. El futuro de Ian pasará por la
cirugía, el lanzamiento de piedras a la acequia o etcétera, pero no pasará por Historia del Arte como su madre.
"Ian, deja ya de tirar piedras a la
acequia, ay, cuando crearás juicio y refinarás tus
modales". Se lo explico y le suena a misa de domingo. Hablando de misa, hago público por este medio, y es una puñalada
por la espalda que se parece a otra puñalada que, según me
contaron, una amiga clavó a otra y esperó sentada a que se
desangrara (venga esas risas): Ian va a una guardería de monjas. Si la Pasionaria levantara la cabeza me desheredaba. Dios y María
quieran que en un descuido hoy nadie entre en de soslayo y me lea. Un
nietu monaguillo, hay que joderse. Y luego hay quien piensa que hay que
morir matando por sus ideas. Patricia y Kristel ni siquiera
el bautismo y resulta que Ian lo lleva de libro. Ojalá y como a mí no le obliguen además de rezar cantar Cara al Sol. Y
sin embargo... Te quiero. No hay nada como
respetarse y llevarse bien. Allá cada cual con sus ideas, se quiera o no, el
futuro si no lo compartimos acabará de cualquier manera con nuestros huesos en el osario y allí lo de polvo eres y amén. Las circunstancias
pasan, y las personas, solo las obras quedan sin ideas ni religión.
Pero cómo duele que no se entienda que el porvenir pasa por la palabra
y la santa poesía, no por lo que cada cual quiera ver en casa (antes Casa del Pueblo). Pablo Milanés canta a Yolanda: "Te
amo, te amo. Si he de morir quiero que sea contigo. Tu mano,
eternamente tu mano. Te amo". Gracias.
Bien ...
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