jueves, 31 de diciembre de 2015

Viene el cuento al caso.

Siempre lo digo: si algo muere necesariamente algo nace. Es ley de vida. No hablo del 15 que le quedan apenas unas horas de vida, las mismas que al 16 por nacer. Hablo de superación. De mirar hacia atrás sin nostalgia para no repetir los mismo horrores. Se trata de avanzar, y si por el camino tienes que dejar a quién por cualquier circunstancia ocupa un rincón en tu corazón, pues que quiere que te diga... Claro, mujer. Y siempre mirar hacia delante. Como parece que también hablamos de amor, nadie es culpable. ¿Fácil? No señora, pero ni lo ponga en duda. Vivir o convivir con quien te mira por encima del hombro para hacerte más pequeña de lo que ya eres es un crimen. A todo se acostumbra una, lo sé, menos al maltrato, y si es de género, entonces apaga y vámonos. A lo malo si lo es, y no hay duda, una no debe acostumbrarse nunca. Aunque te sangre el corazón. 

Siempre hay una nueva oportunidad, unos ojos y de ellos la mirada. Una sonrisa que te enamore. Y un trabajo, por mal que estén las cosas, un trabajo y un proyecto para evadirse de la modorra. La dedicación y el esfuerzo. Ser útil y llevar a casa unos euros que nunca vienen mal. No hay metas inalcanzables. Si acompaña la salud, naturalmente. Vale una decepción, un amigo empresario de Rajoy que todo le parece poco, otro desengaño, el maldito desamor, pero ojo con la salud. Casi todo lo podemos echar al carajo menos la salud que es al revés. Con la salud no se juega, bastante es que llame a la puerta para quedarse y le tengas que abrir porque sí.

No tenía pensado escribir más, pero el día no acompaña. De mis hijas una, tiene que comprar las uvas, y otra, con las rebajas de la trapería se me está quedando en los huesos. Y luego mi esposa que hoy, precisamente, la llamaron para trabajar porque sin ti no soy nada, como el bolero. ¿Y yo qué? Recuerdo una canción del Sabina que me quedaría bien para finalizar, pero tendría que echarle énfasis y no me queda. En fin, vuelvo a Les Seniaes. Por cierto, de la que venía hacia casa, me crucé con la alcaldesa y no me habló. No se puede decir que no me haya visto, pues casi me atropella con el coche. Malo para ella, siempre me tendrá que agradecer el voto. Lo dicho, vuelvo a Les Seniaes. Sean felices, no me pregunten cómo, pero sean felices. Inténtenlo al menos. Y ahora sí lo dejo por hoy. Muchas gracias. Se les quiere.

12 comentarios:

  1. Porque viene al caso y porque nunca de los nuncas he tenido un amigo tan especial, te dejo el abrazo más grande que esta musa ha dado jamás.

    Hasta siempre.

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  2. Un hasta siempre que parece un hasta aquí llegamos. ¿Por qué no hasta mañana? Sabe a miel ese abrazo. Muchas gracias. Beso.

    Salud.

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  3. Hasta mañana, en el nuevo amanecer.

    Un abrazo tequilita en mano.

    Salú

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  4. ... y yo que había cerrado consulta... Muchas gracias. Me quedo con el abrazo. Beso.

    Salud.

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  5. ¡Rápido rápido antes de las doce!

    Salud (no se atragante con las uvas)

    ¡Felicidades!

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  6. Qué lejos queda todo... Beso.

    Salud.

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  7. Siempre estaremos ahí, cerca una del otro pora lo que haga falta. A pesar de la distacia y tu mal humor. Con perdón.

    Feliz día y feliz año nuevo. Beso.

    Salud.

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  8. ¡Muy feliz 2016!. Otro año más... Muchas gracias.

    Salud.

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  9. ¿Mi mal humor? ¿Yo mal humor? Quiën lo dice, el rey de los gruñones.

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  10. Demasiadas preguntas... Beso.

    Salud.

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