martes, 29 de diciembre de 2015

Manuel Molina.

La libertad.

Ama el inocente niño
lo que comprender no sabe;
su hermoso plumaje de ave
y su blancura de armiño.

Ama con puro cariño
a su doncel la beldad;
la líquida inmensidad
el pez de brillante escama.

Sus perfecciones Dios ama
y el hombre, la libertad.
Yo la vi desfalleciente,
ante Dios puesta de hinojos;

con lágrimas en los ojos,
con espinas en la frente;
encadenada y doliente,
cubrir de luto su faz;

Y por un héroe falaz,
por más de un apóstol falso,
pasar del trono al cadalso...
Envilecida... ¡jamás!

Manuel Molina, poeta, falleció el 30 de diciembre de 1990.

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