domingo, 20 de diciembre de 2015

Hoy soy otro hombre y otra mujer.

Detrás de una falta ortográfica hay un inculto. 

Cualquier texto con mala ortografía produce una sensación desagradable. Yo soy esa, la inculta que comete faltas de ortografía y se avergüenza al leer sus textos. Confieso que releo, que me corrijo una y otra vez y aún se escapa una y mil faltas de ortografía. Soy insegura. Necesito aprender y escribo, pero mi mente absurda no es capaz de penetrar en las normas básicas de la ortografía. Ruego no me prejuzguen con ligereza.

Viene el cuento al caso por que cuando la inspiración se va de vacaciones leo más; habitualmente leo todo lo que cae en mis manos pero si falto de inspiración no escribo algo que me interese dedico más tiempo a leer. Y ayer en un libro de disculpas que cayó en mis manos leí lo que necesito saber para escribir hoy y mañana: "Si se hubiera censurado la ortografía a Juan Ramón Jiménez hubiéramos perdido un gran poeta". 

Pero además de la mala ortografía, dudo por todo lo demás y tengo miedo a salir a la calle. Hoy, domingo de ir a misa y decir la verdad, por aquello de las casualidades de la vida es 20D, y tengo que ir votar. La primera Bienaventuranza de los Evangelios de hoy va dedicada a María: “dichosa tú que has creído”. Nunca escuché la Palabra de Dios pero sí cada día la de María, la Magdalena. Creo en la poesía. Santa la poesía que me salva en los momentos más difíciles. 

Yo que siempre dudo y tengo miedo votaré sin dudas y sin miedo. Estoy seguro que mañana volveré a ser un cobarde, pero hoy votaré. Creo en la democracia. Hoy soy otro hombre y otra mujer.

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