domingo, 6 de diciembre de 2015

Verso ignorante.

No la conozco. No sé quién es. Puede que me suene de oídas... Pero de mis oídas ya no me fío. Ignoro todo de ella: Si es joven o vieja. Si María, la Magdalena: Pablo Neruda, Ángel González, Mario Benedetti, Alfonsina Storni. Si se acepta como es. Si alguna vez pecó de ingenua. Si hay más de un amor en su vida. Si un libro por escribir. Si cree en Dios y le cae bien Francisco. Si le gusta el Sabina, Enrique "el afónico" o el indio Vicente Fernández. Si sabe si es feliz o no. Si la respetan. Si la admiran. Si tiene miedo. No sé quién es y si no sé... no sé porque la saludo al alba cada día por más que tenga el viento de cara. (Hablo de esta semana que al fin acaba: ¡A quién maté yo, Dios mio!. Iré a misa y en ruegos y preguntas... Hoy hay asamblea. ¡Malditas las elecciones!).

No sé quién es pero me interesa, así que inventaré una edad y unos rasgos faciales.
Es joven y hermosa.
Sus ojos negro azabache y la mejor mirada.
Su risa encantada.
Su pelo caoba al viento.
No muy alta, no quiero que me mire por encima del hombro.
Las curvas de su cuerpo como olas de un mar en calma.
De trato afable y le chifla el café y las pastas de té.
("Lo poco gusta, lo mucho cansa... y lo repetitivo aburre").
Y como yo, sin memoria.
Nomás.

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