viernes, 28 de marzo de 2025

¡Sálvese quien pueda!.

Hasta hace muy poco, el sosiego era un bien valioso en la vecindad del Pueblo de Patricia. Éramos pobres, pero vivíamos tranquilos. No nos dábamos cuenta de que el pueblo poco a poco se estaba convirtiendo en un cementerio de pobres. Nos engañaron, o nos dejamos engañar por una mujer que estimuló nuestro futuro con cuentos y más cuentos como si todos los días fueran el "Dia Mundial del Teatro". No era buena gente, al correr del tiempo nos dimos cuenta. Nos dimos cuenta tarde (tarde para la vecindad, y más para ella que perdió la oportunidad de crecer profesional y personalmente, de amor ni hablo). Ahora los pobres ya lo son de vergüenza, ni llegan a fin de mes ni tienen la esperanza de llegar mañana. Las subvenciones que llegaban como pueblo a la práctica las empleaba para ganar las próximas elecciones (la cultura nunca fue su prioridad). También compraba terreno para ampliar el polideportivo más, más y más. Me cuentan que una vecina al ir a trabajar en un descuido dejó la puerta del garaje abierta y cuando regresó tenía una sauna y un spa con agua termal embotellada. Mal se entiende, si a uno le da por entender. Pasan los años, y cuanto se acercan las próximas elecciones aparecen los cuentos y más cuentos y alguna parábola. Joder, dona, los pobres siguen viviendo entre la pobreza careciendo de casi todo, menos de buena vecindad, una pizca de sal o un pocillo de arroz, en relativa tranquilidad. (Nunca fuimos exigentes ni salimos a la calle reclamando nuestro futuro, lo que nos llevó a establecernos en la psicología sarcástica del ¡Sálvese quien pueda!). Gracias.

jueves, 27 de marzo de 2025

De vacaciones tomando el sol, vuelta y vuelta, en la playa.

Del refranero español: "más vale ser cabeza de ratón que cola de león", se refiere a la prerrogativa o importancia que un individuo posee en un pequeño grupo, bien sea laboral o cualquier otro. Como puedo elegir me quedo con lo laboral. Y voy al caso que hoy me obliga a escribir: Hay quien sin ser nada -pero nada de nada, pueden creerme- le cae del cielo el título de microempresario y nada más llegar coge el título y se sienta en el sillón anatómico forense de su despacho y empieza a cagar fuera de la pota. Aunque estreñido debía estar en el caso que nos ocupa, ya que tardó cuatro meses en contestar al trabajador acerca de los derechos laborales que reclamaba. El trabajador no reclamaba la luna, sino el derecho adquirido al aprobar en oposición libre, bajo el principio de igualdad, mérito, capacidad, transparencia jurídica, y en fin, lo que la ley de la Función Pública requiere para opositar a la Administración Pública. Sin embargo, el susodicho, como acababa de llegar y no sabía lo que ahora sabe, preguntó al más listo de la clase que abrió "baúl de los recuerdos" y sacó el tan memorable "coste cero" y bajo ese criterio firmo un decreto negándole su derecho al trabajador y eso fue todo. Todo sería si lo fuera, como de cuando en vez digo: "si lo fuera". La justicia tarda, pero llega. Entonces, mientras llega, el trabajador cogió unas vacaciones pagadas hasta que el microempresario se informe por quién sabe de verdad, un abogado laboralista, por ejemplo, y no por el más listo de la clase... (Uy, perdón, me cuentan que una secretaria municipal que sabe leer le explicó el caso no antes de darle dos hostias -lo de las hostias está por contrastar- y ya está redactando el nuevo decreto. Solo queda que el trabajador vuelva -si vuelve- de las vacaciones pagadas y después de aclarar lo que se tenga que aclarar, besos y abrazos). Gracias.

miércoles, 26 de marzo de 2025

¿Se usa la IA para que den en loco los más mayores?

Confieso que de la inteligencia artificial (IA), no tengo la más mínima idea, algo preocupante en nuestros días, porque si no sales de casa con la IA en la cabeza, en la mochila o donde sea, eres nada. Ni los usureros, tan amables ellos. Voy a lo que importa: llevo días intentando pedir cita telefónica al INSS para que a mi esposa le arreglen un asunto de vital importancia y el teléfono ya no comunica como siempre, ahora depende de la IA (tiene que ser ella porque de no ser ella es el demonio) y, sin darte tiempo a hablar te pide que pulses el uno. Y si no pulsas el uno, pregunta y contesta y pulse el dos, y sigue y pulse el tres y luego el cuatro y el cinco, y si no pulsas un número, el que sea, vuelve a empezar. Y pulse el uno y el dos y el tres y etcétera. Y a punto de dar en loco, con el penúltimo aliento, lo justo para escuchar el mismo rollo patatero, me dice: muchas gracias, estoy aquí para servirle. (¡Víbora!). Gracias a usted, le contesté, por dar solución a todas mis dudas. Mi esposa y yo le agradecemos su paciencia. No estoy programada para dar esa información. ¿Sigues ahí? ¡Cuelga ya, demonio!. Gracias.

martes, 25 de marzo de 2025

Cosas de la memoria.

Para Aristóteles como Freud, la catarsis apela a la "purificación ritual de personas o cosas afectadas de alguna impureza". Lo que transfiere es el método a través del cual el individuo libera miedos o frustraciones que lleva reprimidos dentro de sí, pero, al hacerlo, igualmente experimenta una sensación muy gratificante, porque rompe una dinámica que condiciona sus actuaciones ordinarias y le afecta, anímica y físicamente, a través de la somatización, irritabilidad, anhedonia, y en ese plan de no sentir placer, ni de lograr que alguien te quiera. Qué triste y mal explicado. Entonces sales a las redes en busca de la mejor amistad que recuerdas haber tenido y sí, una has tenido, la recuerdas y te sientes muy agradecida. Amistad: "afecto personal, puro y desinteresado, compartido con otra persona, que nace y se fortalece con el trato", según la RAE. Lo que a cualquiera le llevaría a pensar que si con una amistad te conformas, no es tanto. Quizá te sirva como catarsis saber que un amigo, una amiga, es un grado superior. Y una pregunta lleva otra: ¿Nunca has tenido un amigo, una amiga, un compañero, una mascota, alguien en quien poder confiar? Ya no importa, te has tenido a ti, toda tú y el espejo, espejito mágico. Gracias.

lunes, 24 de marzo de 2025

Quitando hierro al olvido.

Me lo acaba de recordar. Ayer fue una fecha señalada para mi esposa y para mí y juro sobre la Biblia que me se olvidó. Otro enigma a resolver que mi esposa resolvió en un santiamén. Iremos toda la familia a celebrarlo a la terraza de un restaurante de Valencia con vistas al mar. Me costará una pensión... o más, ay. Lo que sea para evitar que la rutina apague la chispa del amor... Y porque a los más mayores nos dejan olvidados en las gasolineras y luego no vale echar las manos a la cabeza ("a toro pasado todos somos Manolete"). Pero en qué estaría pensando yo... Dios mío. (Como si yo tuviera algo en que pensar). "Por los años vividos, por nuestras hijas, por nuestros nietos, por lo que más quieras... tu madre, por decir, perdóname". Dije cuando ella con la cara de los entierros me recordó la fecha señalada. Qué cabeza la mía. Amante del detalle, cueste lo que cueste, razoné en mis adentros: "¿Y en una joyería exclusiva de Valencia? No son horas. Uno no gana para disgustos". En realidad obras son amores y no buenas razones, pretextos baladíes, débiles disculpas, malos versos y peores argumentos. ¡La muerte nunca será vida y la nobleza jamás será vencida!. En fin, es la hora, Patricia y Kristel nos recogen y llaman a la puerta, no detengamos el tiempo. (Ojalá y que la buena intención quite hierro al olvido y restablezca la concordia). Gracias.