martes, 18 de julio de 2017

Patricia está preñada.

Ian no está y Patricia no vino. Me cuentan en la panadería que está acondicionando una habitación para el bebé que está por venir. Patricia está preñada y no sé si de seis o dieciséis meses, ni siquiera sabía que estaba preñada. Eso es bueno. Malo es que me entere en la panadería de que voy a ser abuelo de nuevo. No digo que el alcalde del pueblo de Patricia me ponga al día de los acontecimientos natalicios que han de venir por carta, de puerta a puerta o por los altavoces de los edictos, pero digo yo que Patricia cuanto menos sí, y no estaría de más. Parece que es para pronto porque tiene pintores en casa, un carpintero y no sé si más. Patricia está en fase de preparativos. En los años altos me limitan la información como si fuera una vecina cualquiera que ya se enterará cuando nazca el bebé.

Patricia: No me tengas al margen de lo bueno que te suceda, de lo malo tampoco, pero de lo bueno particularmente; ando sobrado de malas noticias y las buenas se agradecen, además, aún soy capaz de echar una mano, no hablo de subir cargas pesadas por la escalera sin ascensor, hablo de elegir muebles, cortinas, el color de la habitación: azul si niño, rosa si niña. De viejo sé mucho de casi todo. Un padre quiere saber y la panadera dice que quizá mañana. Otra tristeza enterarse en la panadería que Patricia ha concebido y tiene un feto en el vientre. De una noticia maravillosa hacen una decepción, un desengaño, otra experiencia amarga. No me lo explico y no doy abasto. Descorazonador.

Será niña o será niño, será lo que Dios quiera pero que venga bien: eso me dijeron en la panadería acerca del bebé de Patricia que está por nacer. Antes, cuando uno quería saber preguntaba en casa o iba a la escuela, ahora va a la panadería. A veces, por amor queremos justificar lo injustificable. Por alguna extraña razón ya no soy persona de fiar. Pero hay más: si es niña como si es niño saben cómo se llamará, y la panadera lo sabe, pero Patricia no quiere que se sepa hasta que llegue el día. (Lo que se ha de saber se sabrá, es cuestión de tiempo y paciencia). Gracias.

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