lunes, 5 de diciembre de 2016

Queja social.

Ahora que las expectativas de vida se presentan más estupendas que siempre, ahora que podemos vivir no solo más años sino, además, en mejores condiciones de salud, ahora que la ciencia avanza de manera imparable en busca de la eterna juventud ahora, es cuando cumplir años es está mal visto por los políticos y nos tenemos que morir. No hay dinero para las pensiones de los pensiones. El asunto es ese.

Pero hay más, el culto a la juventud salta a las páginas de las ofertas de empleo en las ETT. Los empresarios amigos de Rajoy quieren gente joven con experiencia y buena presencia para trabajar en lo que sea con contratos basuras y salarios de miseria. El problema es que un trabajador con experiencia, y hábito de trabajo, y cargas familiares, y otras obligaciones dinerarias que necesariamente obligan a llevar un salario a casa, cuanto menos tienen el doble de la edad que solicitan las ETT y puede encontrarse en un callejón sin salida; al borde de la exclusión laboral, quiero decir, que es la antesala de la exclusión social. O peor: la autoexclusión. Solo importa la cuenta de resultados. Es más rentable para los empresarios amigos de Rajoy con la tarifa plana tener dos trabajadores a jornada partida que uno a jornada completa... Esa política laboral no genera impuestos para pagar a los pensionistas. Injusticia laboral. Injusticia social. Injusticia se mire como se mire en esta patria fallida de Rajoy y sus amigos los empresarios.

Los votantes echaron cuentas y decidieron qué modelo de país era el más conveniente para su familia (la sanidad, la educación, la empresa, el bienestar social, las pensiones, etcétera) y decidieron. Amén. Gracias... (de nada).

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