viernes, 28 de octubre de 2016

Viernes de indulgencias.

En noviembre los días son noches eternas.

Hoy iré personalmente al mercado a comprar las disculpas para la próxima semana. No es que no me fíe de mis informadoras, pero el asunto se está alargando demasiado en el tiempo, y las disculpas que me compran cada viernes en el mercado no son convincentes. Ellas no saben. Una disculpa no es una crema facial rejuvenecedora, una careta de los carnavales o un grito de Ian "a" principio de un vocablo: "amoto". Sí, mi vida, mi amor, pero no grites, por favor, que la cabeza me va a estallar. Una disculpa no es fe religiosa, es Palabra de Dios cuando conviene a nuestros benditos intereses. Una disculpa es el necesario impulso para tomar una decisión meditada y aceptada de antemano. Una disculpa es lo más parecido al desinteresado interés. Hay muertos que les urge una disculpa antes de que llegue el Día de Todos los Santos pues en noviembre los días son noches eternas y fiarse de la resurrección no, si solo es por amor. El amor no es lo que fue. O al menos no llega al corazón como la flecha certera de aquel semiaxesuado y gordinflón Cupido. Enamorado de la vida -de ti como tú de mí, aunque vayas diciendo por ahí que lo nuestro acabó y que eres más feliz que siempre: lo nuestro no morirá jamás-, para mí, el amor es redundante, a poco que amanece y tomo café. Sin café no soy persona -y sin ti, mi inspiración, ay, soy un romántico-. De ser Ian, y ya me gustaría, cuando me preguntaren ¿qué quieres ser de mayor? Respondería cafetera. Me encanta el café y su aroma mañanero. A más preguntas respondería con un responso de soslayo en Les Seniaes. Y por ti (también), por el credo de tu boca, te digo que a poco que te descuides tus palmeras no tendrán dónde meterse: ¿vergüenza ajena? Es doloroso ver como clavan su mirada en la "basura". Diríase que saben más verdades que las mentiras que les cuentas, o que los vivos cada vez quieren saber menos de los muertos.

¿Por qué no insistir? 

Si Jesús el Cristo está contigo no tienes nada que temer. La verdad desnuda el alma y no la utopía con vocación de aprender como castigo. Este mundo está lleno de soñadores pero solo los que hacen son hacederos del planeta. "La mayor victoria es la conquista de uno mismo". Platón. Gracias... (de nada).

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