domingo, 26 de junio de 2016

Circunloquio en sábado de reflexión.

Un muerto, en sábado de reflexión, si alguien no lo remedia, seguirá muriendo. Eres mi mejor recuerdo. Con certeza poética, Jorge Luis Borges, lo explica mejor: "No es sábado. No está en el tiempo sucesivo sino en los reinos espectrales de la memoria. Como en los sueños detrás de las altas puertas no hay nada, siquiera el vacío. Como en los sueños detrás del rostro que nos mira no hay nadie. Anverso sin reverso, moneda de una sola cara, las cosas. Esas miserias son los bienes que el precipitado tiempo nos deja. Somos nuestra memoria, somos ese quimérico museo de formas inconstantes, ese montón de espejos rotos".

Ayer sábado, mientras reflexionaba, bajé la aplicación de facebook para ver si estabas en tu sitio y sí, estabas allí. Me alegré al ver tu fotografía. Luego, porque un sábado de reflexión da para mucho, sobre todo si sabes a quién votar, le escribí un correo a una amiga para que me enseñara a escribir frases de amistad a la antigua: "La amistad no se trata de quién vino primero o de quién nos conoce más tiempo; se trata de quién llegó y nunca se fue". Y subir fotografías de cuando era más joven. Lo de escribir si lo cojo con gracia igual sí, lo de subir fotografías de cuando era más joven igual no. Seguramente porque nunca fui más joven. Tampoco me veo retocando mi cara con un fotomatón... Como se llame. Y grabar vídeos en saraos de playa con amigas que llegaron y nunca se fueron: Son muchas y son las mejores.

Triste, triste y triste de morir. Qué escribir frases hechas, qué subir fotografías y qué subir vídeos. A la amiga que le envié el correo ni siquiera me respondió y ya es domingo y la hora de votar. ¡Joder, dona, qué semana más triste!. No le doy más vueltas, desinstalo la aplicación de facebook y voy a votar. Eso.

Supongo que te has dado cuenta que bajar la aplicación de facebook fue la disculpa que se me ocurrió ayer para recordarte en tu sitio. Ni te imaginas lo que me hubiera gustado reflexionar contigo de la vida y el amor, de la santa poesía que nos unió. A veces recordar es morir, y ayer al verte seguí muriendo un poco más porque no estoy seguro de que aún existas. Evidencias desde entonces no tengo ninguna. Si ya solo formas parte de mis recuerdos o eres fruto de mi imaginación, un sueño, o el maldito alzhéimer no tengo la menor idea. Bendita locura de amor.

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