martes, 23 de febrero de 2016

Amor romántico.

Triste recordar cómo ha desaparecido de mi entorno la sentimentalidad romántica. Escribir un poema, una canción. Decir te quiero amor. Eran otros tiempos. Se trataba de conseguir que la mujer más bella se fijara en ti y enamorarla. Alcanzar el bendito amor. Esos quereres que iban convirtiendo en realidad una caricia... un beso... Me cuentan que ahora ya no se roba un beso, las prisas, todo es apresurado. El ayer de mi juventud romántica era más tranquilo. Y más de sentir el amor en los adentros. La atracción entre dos era un juego de azahar... El amor romántico que pronuncia palabras acompañadas de nimias miradas de soslayo. El ferviente deseo. La sospecha vehemente. Eran comportamientos de admiración y respeto. Hoy en día son raras las excepciones. Al parecer no se envían cartas de amor, no se escribe dejando huella en el papel. No se componen poemas de amor. Quizá nadie se enamora... ¡Joder, dona!. En la barra de un bar te invitan a una copa... El amor en oferta. No digo que haya desaparecido el amor de nuestra vida, digo que lo hemos devaluado. El dinero, el tiempo valen más que el amor. Los asuntos inaplazables que conducen a ningún lugar. ¿De verdad alguien cree que se parece el amor romántico a eso de paso, lo que sea en la noche desvelada... eso en un cuarto oscuro de hotel? ¿Cuándo fue que se perdió el amor romántico? El amor de las prisas no es amor del bueno. Vivimos tiempos que presagian cambios, bueno sería entonces marcar el final a las prisas en el amor y volver a la santa poesía. Si algo muere algo nace, es ley de vida, pues que sea por amor. Recuerden, por amor. Se les quiere.

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