viernes, 20 de febrero de 2015

El padre de Ian.

Pido disculpas por no hacer referencia en de soslayo hacia el padre de Ian. Evidente antes de Ian por nacer: los honores se ganan como una despedida, ay. Yendo por la vida de acá para allá he aprendido que lo importante no es saber lo que uno tiene, es saber lo que uno vale. Adrián, así se llama el padre de Ian, yo siempre lo soñé. Él es así, a su manera que no sabría explicar. 

A Patricia le dije que cuando naciera Ian les iba a cambiar la vida de tal manera que solo se puede experimentar, no cuenta decires ajenos. El caso es que Adrián, desde que Ian nació, no se sabe dónde andan sus pasos y ya ni se le espera. Patricia dice que fue en busca de informaciones acerca de por qué Ian llora, principalmente. Y no vale que le diga la ginecóloga o la comunidad científica: "Si llora es por algo". El gran problema de Adrián es que Ian llora y no sabe por qué llora. De ahí que si alguien se encuentra con él, ya sea en la panadería, el mercado o en el cajero automático fijo le preguntará que si es normal que un bebé llore... No le conteste que ni caso le hará.

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