sábado, 18 de noviembre de 2017

Reza y ya me contarás.

Si no sabes dónde te has metido tal vez no entiendas lo que hay ni si has llegado a algún lugar de los soñados por ti cuando tenías ganas de vivir y hacer cosas. Presumo que vas hacia atrás como los cangrejos. Compañera de fatigas, qué poco sabes de esa vida que has decidido llevar. Más de una y dos y siete se sentirían felices si fracasaras en tu empeño. Lástima que no seas capaz de llamar a la puerta de la experiencia. Después de Eugenio, todo ha muerto: la solidaridad, el compañerismo, el saber qué hacer en los peores momentos. Después de Eugenio y sin recambio solo desaliento. Más de lo mismo y menos oportunidades de ver en tu cara alegrías. Solo palabras huecas versus hechos consumados. Rezaría por ti, pero la creyente eres tú, yo solo te quiero. Y para ti eso ya es lo de menos, lo de más es desafiar la rigurosa severidad del tiempo. El tiempo no perdona, pero eso ya lo sabes, lo que parece que no sabes es que llegará desafiante. Dicen que quien en Dios confía al mal desafía. Pues eso: Reza y ya me contarás. Gracias.

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