viernes, 24 de junio de 2016

Qué triste mi vida (sinopsis).

Paseando con Ian y Patricia por el pueblo, ay, no volveremos a Les Seniaes juntos hasta otoño: el calor se mastica en Les Seniaes. Insoportable. Sin embargo, yo sigo madrugando, no pierdo la esperanza de encontrarme contigo... Recuerda. En fin, sin nada interesante de qué hablar, y triste de morir, confesé a Patricia que mi ciclo de llamadas telefónicas se cerraba con cero minutos al mes. No quiero reducir la tarifa, la señora que me asesora me anima al decir que vendrán otros tiempos y serán mejores. Tengo contratada la tarifa infinita. Me gustaría que fuera cierto y no un camelo a modo de porciento sobre su salario base.

Después de comprar el pan y acompañar a Ian y Patricia a su casa, de regreso a la mía, como cada día veo al mismo viejo sentado en un banco del parque. Ese viejo me da qué pensar... siempre pegado con su teléfono móvil a la oreja. "Tenemos que quedar". "Tenemos que comer". "Y qué si mañana vamos a Valencia". En ese plan. Y grita como si estuviera sordo. ¡Joder, dona, qué suerte tienen algunos!.

A media mañana, y como si un sentimiento de culpa buscara justificar un parricidio, me llama Patricia para interesarse por mi dolor. Le cuento lo del viejo y se ríe. -Respeta a tu padre, Patricia, no me hagas emplear la fuerza bruta. -No, papá, me río porque ese señor no tiene línea telefónica, ni móvil útil. Sale de casa y se sienta en el banco del parque y habla horas y horas por su móvil y nadie le responde. Está mal de la cabeza. -¿Qué me dices? -Eso. Joel 2:25, "Dios promete compensar, restablecer, reconstruir y restituir totalmente todo lo arruinado, devastado, destruido y eliminado". 

Falto de inspiración y sin musa que me inspire, me entrego a Jesús el Cristo y por si un aquel también a la señora que me aconseja no cambiar la tarifa que vamos a mejor. ¿Qué habrá sido de mi vida feliz? Admito la lógica difusa en mi vida. Como Rajoy en campaña electoral llamando por teléfono al azahar: -¿Don Antonio, cómo se encuentra? ¿Estupendo, verdad? Yo con fuerza para ganar las elecciones. Que pase buen día. Adiós don José. O el viejo del parque. Desfallezco en mí cada día. Qué triste mi vida.

2 comentarios:

  1. Hola tú. Qué bueno saber de ti. Espero que te vaya bonito y que sigas de cuando en vez pasando por de soslayo a visitarme. Yo lo hago contigo, recuerda. Ánimo, no desmayes. Beso.

    Salud.

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