sábado, 18 de abril de 2015

No tengo nada que perder.

Cuando creíamos que el PP o el abismo, ahorita llega el FMI y dice que: "Podemos no está teniendo perjuicio negativo en la confianza". Según yo lo veo, esto es malo para el Partido Popular y bueno para Podemos. A no ser, considerando que las balas las carga el diablo, sea una trama de intereses ocultos, porque de aquí a las elecciones generales aún se esperan cambios y no me imagino al FMI haciendo campaña electoral con Podemos. Aunque sería genial, con perdón. 

El país está para elecciones municipales y luego ya se verá. Todo a su tiempo, el asunto bien merece tranquilidad para resolver los pactos: primero Andalucía y luego los que sean necesarios para gobernar las Comunidades Autonómas y municipios. La vecina chismosa me asegura que el asunto de Rodrigo Rato perjudicará al PP. Yo no lo tengo tan claro, pero dice que sus fuentes son de la máxima solvencia. Que vienen de muy arriba. No sé, lo cierto  es que el poder hace extraños compañeros de cama. Como el FMI y Podemos están a partir un piñón quizá ya ocurrió y el PP y Podemos ya comieron perdices y fueron felices. A los políticos lo único que les mantiene unidos es el poder. Es cuestión de tiempo. A pesar que el pueblo, lo que se dice tiempo, no le queda. Tiene muchas necesidades, pero tiempo no. Ya no.

Arriba está el poder y las fiestas con el mejor cava, y abajo la depresión y el llanto. Y los años cuando duelen, ay. Tanto como el amor cuando deja de ser amor para ser compañerismo. Este país está al borde de un scratcher por ineficaces sus dirigentes. Pobre patria mía donde no queda una dama en su propia poesía. Tampoco un oficio, una profesión o un trabajador autónomo por maltratar. Por favor, recuerden. Al menos yo no olvido: No tengo nada que perder.

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