miércoles, 4 de marzo de 2015

Deleite desordenado.

Sobre el reclamo que hizo un poeta en busca de una musa, ay. Las musas se creen imprescindibles y no lo son ni de lejos... El reclamo de un poeta lo confirma (hago "así" con los dedos). 12 musas en un día. Me cuentan que una, la más inspiradora, se presentó en su casa. 

Tengo escrito por ahí que sería estupendo poner de moda la humildad, y no es que lo diga por mí, que de eso no gasto, pero en este tierra de Dios le vendría bien para volver a la verdad. Y, sobre todo, para defender la credibilidad de un poeta.

Como en los nuevos y los viejos tiempos, una musa, justo la que se presentó en su casa, la más inspiradora (y hermosa), trajo pastas de té. Malo pecar, no obstante, de pecar, que sea por exceso, exceso de pastas de té, quiero decir.

1 comentario:

  1. Esta chida esta confrontación de musas y poetas. Y eso que no postee un texto que habla sobre los poetas que tienden a cortarse las venas porque sus musas no dan para más.

    Si fuera facebook diría ¨Me gusta¨ pero es blogger y no existe ese dedito pulgar hacía arriba.

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